Los arrecifes de coral son exultantes ecosistemas que albergan una enorme cantidad de vida, aún ocupando una superficie relativamente pequeña. Solo cubren el 0,1% del suelo marino, y eso les basta para dar hogar a una cuarta parte de todas las especies marinas. Los corales, que constituyen la base de estas regiones, son formados por la unión de infinidad de pólipos. Son unos pequeños seres vivos que, rodeados por una base de carbonato de calcio, forman complejas estructuras.
Estos pólipos mantienen una relación de simbiosis con ciertas especies de algas, que les proporcionan la mayor parte de la materia orgánica (nutrientes). Como estas algas realizan la fotosíntesis, los arrecifes de coral se encuentran en aquellas zonas poco profundas donde llega en abundancia la luz solar. La base de carbonato cálcico la proporcionan diversas especies que forman parte del ecosistema, mediante los residuos que liberan. Por otra parte, están las especies que erosionan los corales, haciendo que los fragmentos más desgastados se rompan y puedan regenerarse de nuevo.
Los pólipos son capaces de reproducirse de forma sexual o asexual, y pueden ser hermafroditas o tener un solo sexo. Si lo hacen sexualmente, los huevos pasan sus primeros días en el interior del pólipo progenitor. Más tarde, serán expulsados como plánulas, una especie de larvas. Si la reproducción es asexual, los huevos y el esperma son liberados en el agua, donde tiene lugar la fecundación.
Como ya mencionamos, los arrecifes son el hogar de especies muy diversas. Podemos encontrar peces, erizos, cnidarios, tortugas, crustáceos, e incluso algunos mamíferos, entre otros.

Veamos algunas de ellas:
PECES
Doncella lunar:
Se trata de una especie de pez de vivos colores. El cuerpo muestra un verde azulado intenso, mientras que la cabeza tiene tonalidades rosas en forma de líneas que recuerdan al pelaje de una cebra. También presenta el mismo tono rosa en las aletas laterales y algunas partes de la cola, que los machos tienen amarilla. Son alargados y delgados, y pueden medir hasta 45 cm.

Son hermafroditas, y las hembras pueden convertirse en machos cuando alcanzan la madurez. Sus hábitos son diurnos, y les gusta nadar y esconderse entre los corales y las rocas. Conviven con otros de su especie en grupos bastante amplios, liderados por un macho adulto que vigila los alrededores, sobre todo en la etapa reproductiva. Pueden aparearse con una sola pareja o, en caso de las hembras, con varias. Cuando se produce la fecundación, los huevos son liberados al agua.
Son muy territoriales, y si ven a algún intruso intentando acercarse a su zona, es probable que lo asusten y lo echen. Cuando se sienten amenazados se protegen escondiéndose bajo la arena, aunque esta táctica es utilizada por muchas otras especies marinas. Se alimenta de casi cualquier cosa, como otros peces, crustáceos, moluscos…
Se encuentran en una situación vulnerable, aunque no crítica. Se estima que el riesgo de esta especie es de un 50%, aproximadamente. La causa principal es su gran demanda para peceras y acuarios, debido a su llamativa apariencia.
Pez loro
Esta especie es así llamada por la forma en la que sus dientes se agrupan, creando una estructura semejante al pico de un loro. Necesitan este tipo de boca para mordisquear los corales o los caparazones de moluscos marinos, para alimentarse y agilizar su crecimiento. Sin embargo, hay ciertas subespecies que no requieren el consumo de fragmentos de coral, por lo que también pueden habitar zonas de pasto marino, como es el caso del Scarus ghobban. Estos peces producen una parte importante de los sedimentos que forman la arena a partir de sus excrementos.

Con respecto a su apariencia, guarda cierto parecido con la dama lunar, pero con el cuerpo más ancho. Presenta tonos azules y rosados, y puede tener líneas turquesa por los laterales, pero suelen aparecer más bien en ejemplares anaranjados.
Aunque a veces los adultos se reúnen en pequeños grupos, son generalmente solitarios, y son los peces jóvenes los que se desplazan juntos. Las hembras se mueven por zonas profundas para protegerse mejor, mientras que los machos frecuentan aguas más superficiales. Al igual que la dama lunar, son hermafroditas, y el cambio de sexo tiene lugar cuando llegan a los 7 años.
Pez mariposa:
Estos pequeños peces reciben su nombre debido a los patrones de color, que se asemejan a los de las alas de una mariposa. No superan los 3 dm de longitud, rondando generalmente los 10 o 20 cm. Tienen un cuerpo muy aplanado lateralmente, pero ancho verticalmente. Pueden vivir hasta 10 años en cautividad, y unos 7 en su hábitat natural. Son de las especies más comunes en los arrecifes, y existen más 120 subespecies de este género (Chaetodontidae).
Pueden presentarse en diversos colores vivos, normalmente amarillo y naranja, formando estampados rallados. Muchos tienen manchas negras alrededor de los ojos y la cola, así como en la aleta dorsal. También los hay azules, rojos o blancos y negros.

Dependiendo de la subespecie, los hay que se alimentan de los corales o de zooplancton. Los primeros son muy territoriales, incluso con otros de su especie, mientras que los últimos conviven en grandes grupos. Tienen en común que son, generalmente, diurnos, y durante la noche se quedan en las grietas formadas entre los arrecifes.
Esta especie se encuentra actualmente en peligro, y ya no es fácil verla por los arrecifes, debido principalmente a su captura para acuarios y peceras.
Pez ballesta:
Esta familia (Balistidae) alberga peces de gran tamaño. Miden entre 20 y 80 cm de largo, de cuerpo fino a los laterales y ovalado. Los colores que puede mostrar, no muy llamativos, son blanco, gris, negro, azul, amarillo o naranja. Los hay lisos, y otros presentan patrones rallados. Su nombre se debe a su segunda espina dorsal, que utilizan como defensa ante los ataques de un depredador. Poseen un gran número de dientes agrupados en 8 filas, que utilizan para romper los caparazones de los moluscos y crustáceos. Además, cuentan con unas escamas especialmente gruesas que los protegen con eficacia.

Durante la época de cría, suelen esconder sus huevos en pequeños huecos bajo la arena que ellos mismos cavan. Son muy protectores con sus crías, y muchos defienden los huevos ante cualquier posible amenaza, volviéndose bastante violentos. Mantendrán esta actitud hasta que el intruso salga de su territorio, delimitado en forma de pirámide hacia la superficie. Por ello, constituyen una amenaza considerable para los buzos. No forman grupos, y son más activos durante el día.
Al no ser muy requeridos para los acuarios, esta especie no se encuentra en peligro. Sin embargo, estos peces son considerados de gran calidad a nivel gastronómico.
TORTUGAS:
Todas las tortugas siguen ciertas características generales. Tienen un gran caparazón que cubre su dorso, cuya función principal (junto a su rígida piel) es la defensa. Este caparazón está unido a la columna vertebral, impidiendo la respiración a través del tórax. Por lo tanto, las tortugas la llevan a cabo mediante movimientos musculares del abdomen. Son ectotérmicas, así que dependen directamente de la temperatura ambiente para realizar los procesos metabólicos. Éstos suelen ser lentos, lo que les permite pasar largos ratos sin respirar.
No tienen dientes, pero poseen una especie de pico sólido parecido al de las aves. Son omnívoras, y se alimentan de todo tipo de seres vivos: peces, crustáceos, moluscos, algas, medusas o los propios corales. Sus sentidos más desarrollados son el oído y la vista, y se orientan con una gran facilidad. Al igual que las tortugas terrestres, a la hora de reproducirse depositan los huevos en grandes hoyos que cavan en el suelo, y tardan hasta 70 días en eclosionar.
Para evitar riesgos, las crías salen por primera vez del nido por la noche, cuando no están tan expuestas a depredadores y otros peligros.

Mola mucho lo q haces!! Precioso y muy interesante …
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, me alegro de que te guste! 😁
Me gustaMe gusta